domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Que es el Adventismo?



EL ADVENTISMO EN LA BIBLIA Y EN LA HISTORIA



Es posible que muchos hayan al menos oído de los Adventistas del Séptimo Día. Pero lo que muchos ignoran es la historia de esta iglesia. Algunos dicen que los adventistas son los que guardan el sábado y no comen carne de cerdo. Aunque eso es algo de ellos, ser adventista es mucho más.
Hemos de aprender que la palabra “Adventista” fue usada por primera vesz en los Estados Unidos, a mediados del siglo 19, para referirse a los seguidores de William Miller. En inglés la palabra es “Adventist” y significa que cree en el segundo advenimiento de Cristo.

La iglesia adventista, como institución moderna, nació en el 1863, cuando realizó su primer concilio general. Pero la fe adventista es, posiblemente, la más antigua del mundo. El primer adventista que la Biblia menciona es Enoc. Judas registra sus palabras: “He aquí el Señor es venido con sus santos millares (Judas 14). Este noble patriarca vivió en la era antediluviana y fue el bisabuelo de Noé. Cuando él nació, Adán contaba 622 años y cesó su vida terrenal 47 años después de la muerte del primer hombre. Llegó a ver la corrupción de la tierra y fue un predicador del reino de Cristo. Dejó la semilla sembrada para el ministerio de Noé.

Asaph, autor del salmo 50 fue también un leal adventista. Veamos sus palabras: “Vendrá nuestro Dios y no callará: fuego consumirá delante de él, y en derredor suyo habrá tempestad grande” (Salmo 50:3). Los profetas, desde Isaías hasta los profetas menores, la mayor parte de ellos menciona “el día de Jehová” o “el día grande de Jehová”. Ese “día” es más bien un período de tiempo, cuando el mundo ha de sentir el tiempo de “la ira de Dios, consumado en las siete plagas postreras” (Apocalipsis 15:1). Luego de estas plagas terribles, el Señor Jesús hará su aparición en las nubes de los cielos, para llevar a su pueblo a las mansiones del Padre.

El más grande de los adventistas es el mismo Jesús, quien nos asegura: “Vendré otra vez” (Juan 14:1-3). Los apóstoles, todos ellos, en sus escritos, nos hablan de la segunda venida de Cristo. Y el Apocalipsis comienza con las palabras “He aquí que viene con las nubes y todo ojo lo verá… (Apoc. 1:7) y termina con las palabras de Jesús: ”Ciertamente, vengo en breve” (Apoc. 22:20).
La Reforma no tocó el tema de la segunda venida de Cristo. Esto no era verdad presente en esa época. Era más importante resaltar la justicia por la fe en Cristo y todo lo que el Evangelio significa.

Para el 1620, los peregrinos huyeron de Europa y fundaron su nación en el Nuevo Mundo. Libres de la persecución por su fe, crearon una sociedad protestante, donde podían gozar de bienestar económico y libertad de culto. Pero, imbuidos por lo material, sus cultos se hicieron formalistas y la enseñanza de la venida de Cristo fue olvidada. Fue necesario un nuevo movimiento que despertara, no sólo a esa nueva nación, sino al mundo entero. Entre fines delsiglo 18 y mediados del siglo 19, surgió en varias partes del mundo lo que llamamos “El Gran Despertar Adventista”. Hombres como José Wolf, Hetzepeter, Eduardo Irving, Enrique Gausen, JoséLacunza, Ramos Mejía y José Rozas, dieron, en diferentes partes del mundo, un mismo mensaje: el pronto regreso de Cristo.

En Los Estados Unidos de Norteamérica, el representante de este movimiento fue William Miller. En el 1831, este notable reformador comenzó sus prédicas sobre el tema del regreso de Cristo. Sus estudios de Daniel 7 y 8 lo llevaron a la conclusión que el Señor habría de venir entre abril de 1843 a abril de 1844. Cuando ya la fecha estuvo cerca, Samuel S Snow, un asociado de Miller, indicó que el evento debía de ser el 22 de octubre de 1844, ya que los judíos celebraban en esa fecha el día de la expiación (Yom Kippur). Convencidos por las conclusiones de Snow, el movimiento predicó con más fuerza el inminente regreso del Salvador.

La historia la conocemos. Cristo no vino, dejando chasqueados a miles de mileristas. Pero, ¿será que el Señor no habría de venir? No. Mas bien deberían de darse cuenta que “el día y la hora nadie lo sabe”. Miller fue sincero en su percepción, pero su movimiento se dispersó. Varias iglesias surgieron, entre ellas, la más extensa: la Adventista del Séptimo Día.

¿Cómo surgió esta iglesia? Lo primero es que Miller no fue el fundador de ella. De hecho, él nunca guardó el sábado. Un grupo numeroso de los chasqueados del movimiento milerista, se reunió a estudiar la causa del chasco. Todo parecía tan claro. ¿Por qué no vino Jesús? Uno de aquellos mileristas, Hiram Edson, iba a una reunión convocada en un granero en Nueva York. Pasando por un maizal, le pareció ver a jesús, vestido como el sumo sacerdote israelita, entrando al lugar santísimo del santuario celestial. ¿Qué podría significar aquella visión? Llegó a la reunión con la visión bien clara en su mente y la compartió con sus compañeros hasta darse cuenta al fin del verdadero evento sucedido el 22 de octubre: la entrada de Jesús en el lugar santísimo para su obra final de expiación.

Entre los que estaban reuniéndose para estudia la Biblia y compartir experiencias, estaba Elena Harmon. Esta jovencita había abrazado con su familia el mensaje de Miller. Por esa relación con el reformador, fueron expulsados de su iglesia Metodista Episcopal. Estando reunida con otras hermanas en un segundo piso, mientras oraban, Elena sintió que Dios le daba una visión. Pudo ver al pueblo adventista en su rumbo al cielo, mientras algunos erraban el camino y caían al precipicio. Al frente, envuelto en una gran luz, Cristo guiaba a los fieles, mientras que atrás otra luz alumbraba el camino. Los que se mantenían mirando a Cristo, pudieron finalmente llegar a la santa ciudad. La visión de la señorita Harmon ayudó a muchos a mantenerse fieles, estudiando las Escrituras y orando. Varios grupos se organizaron. Elena, junto a su hermana gemela Elizabeth, hicieron largos viajes para aglutinar a los diferentes grupos. Algunos no querían organizarse, por no parecerse a las iglesias que habían abandonado.

Entre los líderes del movimiento habían unos procedentes del catolicismo, bautistas, presbiterianos, episcopales, metodistas y congregacionalistas. Todos estaban buscando qué nombre poner a la nueva iglesia. Varios nombres surgieron, pero finalmente, en el 1860, quedó con el nombre “Adventistas del Séptimo Día”. Este nombre, “adventistas”, habrá de ser un baluarte contra los que niegan o no enseñan el advenimiento del Salvador. “Del Séptimo Día”, mostraría al mundo la vigencia de la sagrada ley de Dios.

Para el año 1863, la iglesia realizó su primer concilio general, dando lugar a una iglesia que habría de llenar al mundo con su mensaje precioso, basado en Apocalipsps 14:6-12. Tres poderosos ángeles, en “toda nación, tribu, lengua y pueblo”, anuncian el pronto regreso de Jesús, “el Evangelio eterno”; la venida de “la hora del juicio”; el llamado a adorar al Creador; anuncia la caída del sistema rerligioso falso llamado “Babilonia”; y el peligro de adorar “a la bestia y a su imagen” y a tomar su marca en la mano o en la frente.
En el año 1846, Elena Harmon contrajo nupcias con James White, un valeroso predicador y administrador. De ahí en adelante, ella se llamaría Elena G. de White. El ministerio de esta mujer de Dios fue de 70 años. Escribió más de 60 libros y miles de artículos. Viajó extensamente por varios países. Enviudó a los 64 años y murió en el 1915 a los 87 años de edad.

Aunque los adventistas contamos con los libros de Elena White, nuestras doctrinas son basada única y exclusivamente en la Biblia. Los escritos de la señora White han servido de inspiración a millones. La historia de la iglesia adventista está ligada a la obra y ministerio de esta noble mujer. Sus escritos originales se hallan en la sede de la iglesia en Springfield, del estado de Maryland, donde están los fideicomisarios de toda su obra literaria. Copias en microfilm están en California y Michigan.

Al principio, los adventistas no observaban el sábado. Fue una señora bautista del séptimo día, Raquel Oaks, la que convenció al pastor milerista Federico Wheeler, de que el sábado es el día de reposo de la Biblia. La historia es sencilla. En un domingo, el pastor Wheeler estaba predicando un sermón sobre la necesidad de observar los 10 mandamientos. En la fila del frente, una mujer le miraba fijamente y de forma inquisidora. Finalizado el servicio, el pastor le pidió a la hermana que le acompañara a su oficina. Allí le preguntó por qué lo miraba tan extrañamente mientras él predicaba. La señora Oakes le dijo: “Porque usted está hablando de los diez mandamientos y no los está observando.” Intrigado, el pastor le pregunta por qué, y ella le contestó: “Porque usted no guarda el cuarto mandamiento que dice que hay que observar el sábado y no el domingo.” La señora Oakes se convirtió en maestra, mostrando los textos de la Biblia donde Dios claramente expone el sábado como su día de descanso. El pastor Wheeler quedó convencido y su iglesia de Washington, New Hampshire fue la primera iglesia adventista en guardar el séptimo día.

Fue para el año 1846 que los esposos White aceptaron la verdad del sábado, convencidos por el pastor José Bates, quien escribió dos libros sobre el tema. Desde entonces, el sábado se convirtió en una de las doctrinas fundamentales de la iglesia. Fueron muchos los días que aquellos hombres y mujeres, mediante estudio concienzudo de la Biblia y mucha oración, lograron establecer un cuerpo doctrtinal admirable.

En el año 1874, la iglesia envió su primer misionero fuera de los Estados Unidos: José N. Andrews. Este fue enviado a Europa. Luego fueron otros y hoy, la iglesia cuenta con una obra mundial excepcional. Casi todos los países del mundo cuentan con iglesias e instituciones adventistas, como hospitales, universidades, escuelas, centros de atención a envejecientes, horfanatos, centros de distribución de alimentos y ropa, centros de atencién a jóvenes y lugares para rehabilitación de alcohólicos y adictos a drogas. Además tiene una enviadiable obra de publicaciones, donde se imprimen libros en más de 200 idiomas.

La sede de la obra adventista se halla en Estados Unidos y es llamada la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Cada iglesia en todo el mundo está unida en asociaciones o misiones. Estas a la vez forman uniones y luego Divisiones, las que son responsables a la Asociación general. Cada 5 años se celebra un concilio general, con participantes de todo el globo.

Esta es, en síntesis, la historia de un gran movimiento profético. No es una iglesia más en el firmamente eclesiástico, sino un pueblo con el mensaje final de Dios para el mundo. Creemos que en cada denominación cristiana hay individuos sinceros que sirven a Dios y serán salvos. En ese sentido no somo exclusivistas; pero creemos sinceramente que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es el Remanente de Dios, con las verdades más grandiosas que jamás el mundo ha experimentado. Estas verdades las comunicamos a todo los que de buena nos aceptan. Nuestro llamado es : Ven y ve. Ven y estudia con nosotros la Biblia. Juntos podemos llegar a las alturas del conocimiento verdadero.


Para Mayor informacion:
Wikipedia:

Sitio Oficial:
http://www.adventist.org/

Iglesia Adventista en Interamerica:
http://www.interamerica.org/

Iglesia Adeventista en Venezuela:
http://www.uva.netadvent.org/

-Union Venezolana Antillana :
http://www.unionvenezolana.interamerica.org/

-Union Venezolana Oriental :
http://www.unionvenezolanaoriental.interamerica.org/

Radio La Voz Internacional:
http://www.lavozinternacional.org/

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